Anochecía temprano en los tiempos invernales
Miradas complices, siempre fueron nuestras aliadas.
Olvidados del reloj, nos adentrabamos en los
Remolinos de nuestros cuerpos, en extasis y pasión
Entre madejas de telarañas, vamos tejiendo
Nuestra piel, envueltas en la porosidad salina...
Eres única, imposible encontrar algún defecto, no tienes.
Luces como siempre, sensual y atrevidamente bella.
Divina arquitectura, seduces en la penumbra sin luna.
Enseñas más allá de lo permitido, para pervertirme.
Sabes como hacerlo, y me dejo llevar de tu pasión, no
Vacilaré jamás ante cada insulto de tus caprichos.
Acaricias mis cabellos cansados, que acusan al tiempo
Neblina espesa, sin signos de calvicie aún ...
Desde las buhardillas, celosas estrellas invaden, observan
E investigan nuestra felicidad, y nos regalan destellos de
Luz bendita, resplandeciendo la desnudez del verbo divino.
Pronto será media noche en punto, y debemos de volver.
Ocultos nuevamente en los ropajes de rigor.
Emprederemos el regreso a nuestra realidad.
Tú, bañada de mis besos, yo lleno de tu energía.
Anunciando que el amor existe y nos pertenece. Amén
nelson@urra.nu
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