Confiada en el apretón de nuestras manos, transitas,
Ansiosa de descubrir nuevos rumbos. En tu inocencia
Miras y escuchas al progenitor, que relatando historias
Impregna tu mente de caminos a seguir. Y meditas si
Navegar en los mismos mares y en sus viejas barcazas
Arar en los mismos desiertos que hoy lucen floridos o
Nutrirte de nuevas experiencias... Ya lo sé... Eres mi hija.
Dudo que no asumas los riesgos en descubrir las rutas
Obligadas, y asi escribir tu leyenda personal. Me alegro.
Pasaré la mirada por las hojas del viejo almanaque, mi
Orgullo, pues lo considero fiel aliado de tantos viajes
Recorridos en el peregrinar infinito que es la vida.
Luz en el corazón de mis palabras, me hicieron
Acreedor de sabiduría, sin olvidar los tropiezos.
Vendrás de regreso al cabo de algunos años, espero me
Invites un trago, para escuchar tu aprendizaje. Tus lágrimas,
Dirán del sabor amargo de soledades y tristezas, pero Feliz
Anuncíando tu descubrimiento, la vida es una rueda. Que gira.
Dedicado a mis hijas
Basado en la fotografía de " La Revista de Marcela" en Israel.
Para el Concurso " Caminando por la Vida "
nelson@urra.nu